La atmósfera que vive el pueblo indígena Kakataibo está compuesta por un estado anímico de tensión, inseguridad y desconfianza que provocan las actividades ilícitas para apropiarse de los recursos de los territorios indígenas. Pero, también tienen la esperanza que la guardia indígena pueda revertir esa situación ¿Cómo? El tiempo puede traer verdaderas sorpresas.
Por Sebastian Manuel
Al Día Noticias, 2 de noviembre, 2022.- Los líderes kakataibos, herederos de sus territorios ancestrales, ¿alguna vez pensaron que recibirían amenazas de muerte y agresión, por parte de las actividades ilícitas, y como consecuencia, ocurriría el éxodo, hacia localidades distantes, intentando alejarse del peligro?
“(En Unipacuyacu) existen cincuenta y cinco familias (…) Anteriormente eran alrededor de cien. Están disminuyendo. A veces, cuando se presentan problemas, algunos comuneros no tienen paciencia de esperar la solución, por eso, se van a otras ciudades. (…) Yo le digo a la gente: 'paciencia, hay que esperar un poco. Tenemos que seguir luchando'”, dijo Marcelino Tangoa, presidente de Unipacuyacu, comunidad nativa kakataibo, a la cual, en 1992, le reconocieron 22,745 hectáreas.
Desde entonces, los comuneros exigen su título de propiedad comunal. Sin embargo, la presencia del narcotráfico, tráfico de madera, tráfico de tierras, minería ilegal, que intentan apoderarse violentamente de Unipacuyacu, favorecidos por una burocracia indolente, hasta la fecha, impiden la titulación.
El portal web, Mongabay Latam, en octubre de 2021, registró 11 356 hectáreas deforestadas por cultivos ilícitos de hoja de coca y minería ilegal, además del posicionamiento de nuevos caseríos y centros poblados. Asimismo, según Herlin Odicio Estrella, presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibos (Fenacoka), existen dos pistas de aterrizaje clandestinas (para el narcotráfico) entre Unipacuyacu y Puerto Nuevo II, ambas comunidades nativas, localizadas en Puerto Inca, Huánuco.
“Somos treinta comuneros que estamos resistiendo en esta lucha –refiriéndose a la titulación de Unipacuyacu– (…) porque, dentro (de la comunidad nativa) se (han formado) dos centros poblados mestizos, reduciéndose el territorio (comunal)”, mencionó Marcelino Tangoa, sobre el reconocimiento que hizo la Municipalidad Provincial de Puerto Inca, el 2008, a Nueva Libertad y San Francisco del Valle Hermoso.
“A los comuneros no les gusta vivir ‘psicosiados’, no tienen dónde acondicionar sus chacras (porque) la mayoría se dedica a la agricultura para sostenerse económicamente, por eso, están retirándose a Puerto Inca, Puerto Súngaro, Pucallpa (…) También, para que sus hijos reciban educación, o a buscar trabajos”, dijo Tangoa. Unipacuyacu, apenas tiene una escuela primaria. No tienen un puesto de salud y, menos, sistema de comunicación.
“Estuve dos meses fuera de Unipacuyacu. No puedo vivir mucho tiempo alejado de mi familia, porque si no, ¿quién la mantendría si yo tengo que hacerlo? Hago todo lo posible”, lamentó el dirigente, porque ni siquiera puede cultivar su chacra en su comunidad.
En agosto de 2021, Marcelino Tangoa, decidió encargarse de dirigir Unipacuyacu, ya que, los otros comuneros tenían temor de ocupar el cargo que dejó Arbildo Meléndez Grandez, líder indígena de Unipacuyacu, asesinado el 12 de abril del 2020, tras denunciar el incremento del narcotráfico y exigir la titulación de la comunidad nativa.
Para nosotros (los comuneros), fue doloroso que un hombre que lucha por su tierra, por su familia, acabe asesinado - Marcelino Tangoa
“Todos los ministerios, tenían conocimiento del problema que atravesaba Arbildo –por las amenazas que recibía–. Y justamente, mira qué ocurrió. Para nosotros (los comuneros), fue doloroso que un hombre que lucha por su tierra, por su familia, acabe asesinado. Es una cosa que no puede suceder”, reflexionó.
Añadió: “Mi señora me dijo que no ocupe este cargo, porque podría pasar cualquier cosa, tuvimos temor de que algo suceda con mis hijos. Pero yo le respondí: 'Tengo que hacerlo, tenemos que enfrentarlos y revelar cosas que, a veces, están escondidas'”, recordó Marcelino Tangoa, quien, actualmente continúa recibiendo amenazas por mensajes de textos.
En el 2020, aparecieron ronderos sospechosos que escoltaban caseríos en los alrededores de Unipacuyacu, con el fin de “brindar seguridad y protección a la población” (mestiza), sin embargo, impedían, alzando la voz, de forma violenta y recia, que los comuneros de Unipacuyacu, puedan movilizarse, aislándolos.
“Si no son invasores, entonces, ¿por qué no permiten el ingreso a Unipacuyacu? (…) Cuando realizan inspección de campo, o si no cuando la Fiscalía visita (Unipacuyacu) por una denuncia, (los ronderos) dicen: 'no, nosotros formamos parte de las rondas campesinas'. Junto a (nuestra central indígena) Aidesep, ya hemos reclamado a Cunarc–P (la central de las rondas campesinas), pero no hay respuesta”, cuestionó Herlin Odicio Estrella, presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibos (Fenacoka).
El presidente de Fenacoka, señaló a Miguel Quispe García, como el encargado de dirigir a los presuntos ronderos, quienes utilizan una represión agresiva contra los comuneros de Unipacuyacu. Entre tanto, Marcelino Tangoa, se extrañó al enterarse que, los ronderos buscaban capturarlo.
“Siento temor, pero qué puedo hacer, ¿no? Tampoco voy a vivir toda la vida escondido. La lucha es así, ¿no? A pesar de que tenemos temor, se tiene que salir adelante”, dijo Marcelino Tangoa, con voz agitada.
Puede romperse el hilo
Odicio Estrella, del mismo modo, tampoco puede retornar a Yamino, su comunidad nativa, ubicada en el distrito de Padre Abad, provincia homónima, Ucayali, porque, continúa recibiendo amenazas, las mismas que ya recibía, antes de asumir la presidencia de Fenacoka, cuando fue vicepresidente de Yamino, en 2017.
A pesar de que la Resolución Directoral N° 010 2020–JUS/DGDH, dispone: “la protección o acción urgente de protección en beneficio de la referida persona (Odicio Estrella)”, considera que la Policía Nacional del Perú, actúa despreocupadamente, porque no lo protege.
“Las amenazas no se detuvieron. En Yamino, me estaban persiguiendo, no puedo dormir ahí, no puedo estar mucho tiempo. Decidí protegerme por mi cuenta. Lo único que me preocupa es que, en cualquier momento me ataquen”, dijo.
Entretanto, frente al peligro causado por los traficantes de tierras, por los cocaleros y por los agresivos colonos, el pueblo indígena kakataibo, formó el 7 de mayo del 2021, la guardia indígena ancestral, que busca la protección de su territorio, que abarca una extensión de 148,996.5056 hectáreas de bosques ubicadas en Loreto, Huánuco y Ucayali.
“La guardia indígena kakataibo, está estableciéndose, empezando a realizar patrullajes en los distintos territorios de la reserva indígena, ubicada entre Ucayali y Huánuco. Hasta el momento, los líderes están evaluando cómo la implementarán. Las personas que (nos) amenazan tienen armamento, en cambio, la guardia ancestral no tiene nada. La idea es reforzarla”, expresó Odicio Estrella.
La atmósfera que vive el pueblo indígena Kakataibo está compuesta por un estado anímico de tensión, inseguridad y desconfianza que provocan las actividades ilícitas para apropiarse de los recursos de los territorios indígenas. Pero, también tienen la esperanza que la guardia indígena pueda revertir esa situación ¿Cómo? El tiempo puede traer verdaderas sorpresas.
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Fuente: Al Día Noticias: https://www.facebook.com/aldianoticiaspucallpa
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