Conversamos con Anet Aguilar Franco, activista en defensa de las patentes de semillas del maíz mexicano, quien nos comparte, desde su visión, cual es el origen de la crisis alimentaria y quienes serían los interesados en que la situación continúe en desgracia.
Perú y México tienen la oportunidad de analizar por qué dependemos tanto de Europa
Por Melisa Rubio
20 de setiembre, 2022.- El encarecimiento de la canasta de consumo y los mayores costos productivos para la agricultura a nivel internacional, agravado por los conflictos entre Ucrania y Rusia, son temas que nos siguen perjudicando hasta la actualidad.
Anet Aguilar Franco es mexicana, miembro del Colectivo Yo Soy Maíz y conductora del programa Radio Maíz en Los Ángeles, California con trasmisión en español vía KPFK 90.7FM.
Ella difunde temas relacionados a la conservación del maíz, soberanía alimentaria y de paso recuerda a los latinos que viven en Estados Unidos, que deben luchar por el derecho a una alimentación saludable y por consumir productos sin ningún tipo de contaminación genética realizada por las grandes trasnacionales.
Para Aguilar, en el mundo se ha establecido que debemos de depender de otros países para mantener a salvo nuestros cultivos de las incidencias externas; sin embargo, también opina que nos da la oportunidad de analizar y entender el por qué nos afecta tanto un conflicto entre dos países que se encuentran tan lejos de nosotros (Europa).
“Nuestros bolsillos se han visto perjudicados con alimentos más caros y aún no tenemos soluciones reales. Seguimos esperando que ellos arreglen sus problemas para regresar a la normalidad y eso no puede ser posible”, comenta.
Agrega que regresar a esa “normalidad” está en manos de todos los gobiernos de Latinoamérica y en su intención de generar sus propios fertilizantes o de iniciar una transición hacia la agroecología.
La activista considera que Perú, al ser un país mega diverso, tranquilamente podría producir sus propios fertilizantes: “Ustedes los peruanos, no tendrían por qué afectarse con la crisis ni sufrir por el aumento en los precios de los alimentos. Igualmente sucede en mi país México”.
“No entiendo por qué a pesar de tantos esfuerzos, seguimos dependiendo de ciertas políticas de Estados Unidos. Es evidente que el sistema, a lo largo de los años, cubre los negocios que hay detrás de las políticas públicas, de la salud y de la alimentación en la población, y en específico, de la soberanía alimentaria”, afirmó.
Acerca de la soberanía alimentaria y el derecho que tenemos todos en elegir los alimentos que vamos a ingerir en el hogar, Aguilar considera que la principal barrera que tenemos tiene que ver con los negocios que las trasnacionales gestionan con cada país.
“Se esconden ciertos tratos que solo ellos conocen, pero siempre la población es la afectada, y sobre todo impacta más en los agricultores, quienes tienen siempre que luchar contra todo para poder vivir. El negocio está tan bien orquestado que obligan a los agricultores a comprar sus semillas, luego a comprar sus pesticidas y es un círculo que nunca termina. Sólo ellos terminan ganando.
Al preguntarle sobre cuáles son las trasnacionales que están en ese negocio, la activista respondió que al menos, en México son: Monsanto, Bayer, Syngenta, Cargill, las empresas gigantes que se dedicaron a producir químicos de guerra (en su momento) y que decidieron ingresar a su país, mediante organizaciones sin fines de lucro y con supuestos convenios con prestigiosas universidades, para “aportar” en investigación científica.
Sin embargo, en el fondo lo que querían era aprender del conocimiento de los pueblos originarios y realizar cambios genéticos de manera antinatural en laboratorios para luego registrar las semillas de maíz como suyas y volver a venderlas al país.
La campaña Sin Maíz no hay País busca sensibilizar a la población sobre el accionar de Bayer en México. Hace poco, el presidente Andrés López Obrador se reunió con Werner Baumann, director ejecutivo de Bayer, cuya filial, Monsanto, impulsó amparos en contra del decreto presidencial para eliminar el uso del herbicida glifosato y el maíz transgénico en México a más tardar en 2024. Este decreto presidencial impedía la importación de maíz transgénico y el uso de glifosato, por considerarlo un producto químico tóxico.
Fuente de la imagen: Archivo Cuartoscuro.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció en julio de 2022 que impugnaría la sentencia del juez que ampara a Monsanto para que pueda usar el herbicida glifosato debido a que no tomó en cuenta el perjuicio a la salud de los mexicanos por el uso de este herbicida, lo cual está demostrado en investigaciones médicas y científicas. El glifosato es sumamente dañino a la salud humana y ambiental.
La activista explica que cuando se siembran las semillas importadas en México, estas van consumiendo más tierra y agua, desplazando las propias. “El gobierno les da preferencia a las semillas patentadas del norte (Estados Unidos). ¿Cómo puede ser posible que, en la actualidad, México siendo centro de origen del maíz, sea el importador N° 1 de maíz de Estados Unidos? Es una situación que no se puede comprender”, lamentó.
Esta situación es solo una muestra del accionar de ciertas trasnacionales con actividades en países latinos como el nuestro. Debido a la crisis alimentaria, estas mega empresas podrían adecuar el rumbo de sus negocios en pro de la humanidad, en vez de generar hambruna en toda Latinoamérica y hasta en su propio continente.
Las 60 razas de maíces de México son el resultado de la cuidadosa selección de diversos grupos indígenas por alrededor de 10,000 años y mas recientemente también por los grupos mestizos. Cartel de CONABIO: https://www.biodiversidad.gob.mx/diversidad/alimentos/maices/razas-de-maiz
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* Melissa Rubio es periodista con más de diez años de experiencia en Comunicación Corporativa. Asimismo, no pierde de vista sus intereses respecto a la salud de la población, la ecología y trata de mantenerse activa en ese aspecto, ya sea creando artículos o participando como voluntaria en eventos proconservación de la biodiversidad. Colabora con Servindi.
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