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Loreto: El pueblo Secoya del Putumayo a la merced del COVID-19

Fuente de la imagen: OISPE / Facebook

Personal de salud infectado enfrenta con poquísimos recursos la infección comunitaria.

Por Luisa Elvira Belaunde*

12 de julio, 2020.- Cada día que pasa, el COVID-19 avanza inexorablemente avasallando una a una a las localidades amazónicas. Ahora se ha apoderado del pueblo Secoya, habitantes originarios del distrito de Teniente Manuel Clavero, provincia de Putumayo, región Loreto, en la tríplice frontera entre Perú, Colombia y Ecuador.

A pesar de ser una zona de importancia geopolítica estratégica, Teniente Manuel Clavero es uno de los distritos más abandonados, desconocidos y de difícil acceso del país. 

“Nosotros no contamos con servicio eléctrico en el establecimiento, tenemos que iluminarnos con linterna. No hay transporte y la telefonía es muy mala … es rarísimo que ahora estemos hablando sin interrupción” (Leydi Segura Barbosa, IPRESS 1-1 Bellavista)

El puesto de salud IPRESS 1-1 Bellavista, de la Micro Red de Salud de Putumayo, tiene bajo su jurisdicción a 5 comunidades del pueblo Secoya. Hasta el 11 de julio, el COVID-19 ya ha cobrado la vida de dos pobladores secoya y las pruebas rápidas aplicadas arrojan 101 casos positivos confirmados, incluyendo entre ellos a los dos profesionales de salud, la licenciada Leydi Segura Barbosa y el técnico Julio Cumapa Ríos. Valientemente están encarando la pandemia con poquísimos medicamentos y requieren urgentemente apoyo de logística y abastecimiento de materiales. 

 

COVID-19 llega a la frontera antes que los equipos de protección

El distrito de Teniente Manuel Clavero , provincia de Putumayo, región Loreto, tiene una población estimada de 2300 personas, 85% de las cuales pertenecen a los pueblos indígenas Secoya, Kichwa y Murui, y el 15% restante son mestizos. La capital del distrito es Soplín Vargas, cercana a la ciudad colombiana de Puerto Leguízamo. La cabeza de la Micro Red Putumayo se encuentra río abajo, en El Estrecho, a unas 15 horas, o más, de viaje continuo en motor fuera de borda rápido.

Además de no contar con un servicio de movilidad fluvial regular para garantizar el transporte de los pasajeros por el lado peruano del río Putumayo de El Estrecho hasta la frontera norte límite con Ecuador, desde el año pasado el distrito no cuenta con servicio de telefonía rural satelital. En algunos lugares hay radiofonía, pero las fuertes lluvias obstaculizan su alcance. El único medio de comunicación con el exterior es vía celular, para las pocas personas y localidades con cobertura, la cual es siempre muy irregular. 

La IPRESS 1-1 Bellavista tiene bajo su jurisdicción a las comunidades Secoya de Bellavista, Mashunta, Santa Rita, San Martín y Nuevo Belén, con un total de población estimado en 770 habitantes.  

“De Bellavista a Nuevo Belén son tres horas y media en un motor peque peque nuevo. No contamos con movilidad propria ni gasolina; pero estamos tratando de llegar lo más posible con la ayuda de todos los pobladores; porque se ha requerido la unión de todos para salvar vidas.” (Leydi Segura Barbosa, encargada IPRESS 1-1)

Las comunidades están a varias horas de navegación, pero la IPRESS 1-1 Bellavista no cuenta con movilidad ni con combustible propio para desplazarse y atender a los pobladores.  

Además, el local de madera del establecimiento de salud, no tiene electricidad, es pequeño y no permite la hospitalización y aislamiento de los pacientes de las comunidades aledañas que acuden a atenderse en Bellavista.

Durante los primeros tres meses de la cuarentena la jurisdicción del IPRESS 1-1 Bellavista se mantuvo libre de COVID-19. Los primeros casos sospechosos aparecieron hacia finales junio, pero el puesto de salud todavía no contaba con pruebas rápidas y no pudo confirmar si los malestares de gripe reportados por la población eran síntomas de corona virus.

“Como tratamiento a las personas con factor de riesgo, se les da intravenoso, pero lo que si nos falta es el tratamiento para el COVID-19. Eso es con lo que no contamos.” (Julio Cumapa Ríos, Técnico de la IPRESS 1-1 Bellavista) 

No se pudo confirmar si la muerte con síntomas respiratorios de un hombre de 35 años y la de una niña de 8 años fueron por COVID-19. los profesionales de salud de la IPRESS 1-1 tampoco contaban con Equipos de Protección Personal para evitar infectarse a sí mismos y propagar la infección entre los pacientes que recurrieron al Puesto de salud durante la segunda quincena de junio.

Las PIAS aéreas confirman infección a nivel comunitario

La llegada de las Plataformas de Acción Itinerante Social (PIAS) aéreas, entre los días 28 y 30 de junio, reveló que el COVID ya estaba diseminado a nivel comunitario. Las PIAS aéreas no entraron a la comunidad Bellavista, pero se posaron en la comunidad Kichwa de Nuevo Angusilla, vecina a bellavista. Durante los tres días de atendimiento, los profesionales de las PIAS, que incluían a un infectólogo, diagnosticaron 53 casos de COVID; prácticamente 90% de la población Secoya que recurrió a las PIAS fue confirmada positiva.

“A través de un sistema de altavoces estamos informando, estamos coordinando con las autoridades de las comunidades, para que si sienten malestar que vengan a la posta. Por eso han venido hasta de Nuevo Belén” (Julio Cumapa Ríos, IPRESS 1-1 Bellavista)

Entre los casos de gravedad estaba Anselmo Sandoval Estrella, presidente de la Organización Indígena Secoya del Perú (OISPE) quien fue hospitalizado en Angusilla durante los tres días. Cuando las PIAS partieron, le dejaron medicinas para el tratamiento completo y permaneció en Bellavista, en casa de parientes, pero bajo los cuidados del personal de salud de la IPRESS 1-1 Bellavista. El 10 de julio se encontraba en proceso avanzado de recuperación. Otros 11 enfermos secoya con cuadros de gravedad también recibieron medicinas de las PIAS y se encuentran recuperándose en casa, con el seguimiento del personal de Bellavista.

Sin embargo, las medicinas dejadas por las PIAS no han sido suficientes. Las PIAS entregaron medicinas a los pacientes Secoya diagnosticados con COVID, pero se no dejaron medicinas para el tratamiento de los nuevos casos que fueron confirmados después de su partida. Las PIAS aéreas si dejaron para la IPRESS 1-1 doscientas pruebas rápidas y entregaron 30 kits COVID, que habían sido enviados por el Instituto del Bien Común para la población secoya.

“A Nosotros aquí en Bellavista no nos han dejado medicina. Las PIAS aéreas han dejado en Angusilla, el lugar donde han atendido, allí si dejaron medicamentos; pero lo que es en Bellavista, no.” (Julio Cumpa Ríos, Técnico IPRESS 1-1 Bellavista)

El personal infectado, 101 casos confirmados y La IPRESS 1-1 Bellavista continúa desabastecida

Después de la visita de las PIAS, la IPRESS 1-1 Bellavista permaneció a espera de abastecimiento y continuó aplicando día a día las pruebas rápidas a las personas con malestares. Solamente atiende a pacientes con síntomas de COVID-19 y ha suspendido las demás actividades. Ha logrado la recuperación de 8 pacientes que habían estado en estado grave, pero no ha logrado contener la expansión del COVID.

Hasta el 11 de julio, se han confirmado 101 casos positivos, incluyendo a los dos miembros del equipo de salud, la licenciada Leydi Segura Barbosa y el técnico Julio Cumapa Ríos. A pesar de los riesgos y los malestares que sienten, valientemente han decidido seguir atendiendo, porque de otra manera la población estaría totalmente abandonada.

“Hace dos días también me he sacado la prueba y he salido positivo. Entonces, ahorita a pesar de los malestares que tenemos no podemos dejar de atender, porque la gente necesita. Cuando viene una persona con complicaciones, no podemos dejar de atenderla. Estamos tomando nuestro tratamiento para cuidarnos y seguir ayudando. No nos queda otra que dar todo de nuestra parte para que la población se mejore en el menor tiempo posible. “(Julio Cumapa Ríos, IPRESS 1-1 Bellavista)

Felizmente, el 9 de julio, llegaron a Bellavista por vía fluvial una pequeña dotación de medicinas para tratar el COVID 19 y diez Equipos de Protección Personal enviados desde El Estrecho por la Micro Red de Salud de Putumayo.

“No teníamos Equipos de Protección Personal. Nos han mandado 10 equipos pero eso no basta, porque nosotros atendemos a diario a las personas que vienen con síntomas de COVID-19. Se utiliza un equipo por día. Tu no puedes estar con el mismo traje porque se impregna y una persona que no tenga el virus se puede contaminar.”

La IPRESS 1-1 también consiguió un balón de oxígeno prestado de la IPRESS vecina de Nueva Esperanza. La lista de medicinas recibidas de la Micro Red de Salud de Putumayo incluye 20 tratamientos completos de ivermectina en gotas, hidroxicloroquina, azitromicina y aspirina. Pero la cantidad es todavía muy insuficiente.

“Nos han mandado 20 tratamientos solamente, porque ellos, en El Estrecho, también no tienen más. Lo que más necesitamos es medicamentos para el tratamiento del COVID y balones de oxígeno. Tenemos un balón de oxígeno, pero eso es para un paciente. Hasta ahorita no lo he usado, pero hay que tener a la mano; porque recién está empezando acá. Esperemos no llegar al extremo, pero tenemos que ver la realidad.”

Conscientes de la situación generalizada de desabastecimiento en la provincia de Putumayo, el personal de salud de la IPRESS 1-1 Bellavista logra hacer milagros con lo poco que tiene.

“La ivermectina el estamos dando a pacientes que presentan alguna complicación. Pacientes con pocos malestares les damos les damos paracetamol, hidroxicloroquina y aspirina. Estamos dando a diario su aspirina. Sin olvidar su medicina vegetal, su cebolla, ajo y limón” (Julio Cumapa Ríos, IPRESS 1-1 Bellavista)

Sin embargo, cada día aparecen nuevas complicaciones. El 10 de julio, fueron confirmados dos nuevos casos nuevos: una mujer adulta con diabetes y epilepsia, y un niño de 5 meses con neumonía. El personal de salud se ve obligado a sobreponerse a su propia vulnerabilidad ante el COVID para atender a los más vulnerables.

La OISPE exige intervención de las brigadas de salud

Ante la grave situación de desabastecimiento, el 4 de Julio, Anselmo Sandoval la OISPE publicó un pronunciamiento demandando la presencia de Brigadas de Salud.

“Necesitamos cuanto antes la presencia de brigadas de salud llevando consigo las medicinas para el tratamiento del Corona virus y los equipos de protección EPP. Las brigadas aún no cuentan con la debida logística que garantice una atención de calidad, entre ellas la falta de combustible para llegar a las comunidades más alejadas y poca cantidad de medicinas para abastecer a toda la población, por lo que exigimos nuevamente  al gobierno regional de loreto – a través de la dirección Regional de salud – apoyen a a IPRESS I-1 de Bellavista con medicinas para el tratamiento del COVID-19, se espera que estén conformados con médicos y enfermeros para que puedan realizar tan importante actividad” (Pronunciamiento de la OISPE, 04 de julio 2020)

 

La OISPE también exige el restablecimiento de un servicio de telefonía rural que permita informar de manera oportuna sobre lo que ocurre con la población. 

De igual manera el 7 de julio, la Federación Indígena Kichwa del Alto Putumayo Inti Runa (FIKAPIR), que abarca las comunidades nativas del pueblo kichwa del Distrito de Manuel Clavero, también enfatizó las necesidades de comunicación, logística, abastecimiento de pruebas rápidas, medicinas, oxígeno y equipos profesionales de salud para poder enfrentar la pandemia que está azotando a la tríplice frontera.

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* Luis Elvira Belaunde es antropóloga del Observatorio Amazónico de la Universidad Nacional de San Marcos (UNMSM), un espacio que acompaña, articula y mantiene un registro de los acontecimientos en la región amazónica del Perú durante la pandemia y la post-pandemia del COVID-19.

 

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