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William Tete: “RIA pone en valor todos los servicios ecosistémicos”

William Tete, vicepresidente del Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA-RCA) / Foto: Roger Tunque-Servindi

Servindi, 3 de octubre, 2019.- William Tete, del pueblo Harakbut, fue elegido como vicepresidente del Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA-RCA) en el 2017. El 20 y 21 de setiembre último, participó del taller “Compartiendo saberes para la defensa de nuestros territorios, derechos y Redd+ Indígena Amazónico (RIA). Cuidemos el árbol de la vida A’namei”.

El evento se realizó en la comunidad nativa Puerto Azul, en Madre de Dios, organizado por el consorcio integrado por el Consejo Harakbut Yine y Machiguenga (Coharyima), la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap) y Servindi, en el marco del proyecto “Promover el Reconocimiento y Protección de los Derechos de los Pueblos Indígenas en REDD+ en Birmania y Perú”.

En este contexto, el vicepresidente el ECA-RCA concedió una entrevista a Servindi donde escribe las amenazas a las comunidades nativas del área de amortiguamiento de la RCA, entre ellas la minería y tala ilegal. También detalla los logros de la actual gestión, así como la situación de REDD+ Indígena Amazónico (RIA).

— Ud. asumió la vicepredencia del Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA-RCA) en el 2017. Desde entonces, ¿cuánto han cambiado los problemas que afectaban a la reserva?

Asumir la responsabilidad como dirigente, muchas veces, engloba la necesidad y la problemática total de las comunidades. Sin embargo, el organismo que representamos es más técnico y la función es específica: la administración del área protegida. También podemos llegar a apoyar en diferentes aspectos a las comunidades. Una de las graves amenazas latentes que siempre se ha tenido a los territorios comunales es la minería ilegal que se ha incrementado. En la actualidad, en la comunidad nativa San José de Karene la minería está prácticamente tomando el control y los comuneros tienen un trato directo a través del “método de invitados”, donde se llega a un nivel de distorsión de esa unidad que ha manejado la comunidad y en la actualidad la está destruyendo.

— En estos días, Ud. acompañó al consorcio para el taller en Puerto Azul. Durante el trayecto hemos visto que en las riberas del río Madre de Dios hay presencia de mineros ilegales, ¿Por qué cree que las autoridades no intervienen?

Tenemos un par de procesos de coordinaciones con la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) y el Ministerio de Energía y Minas. La forma de esquivar responsabilidades es el tema de presupuesto para cada sector del Estado. Cuando tú vas y presentas una queja o denuncia, supuestamente tienen que ir a verificar y la limitante para los procesos que se tienen que llevar más adelante es no contar con el presupuesto necesario o carecen de esa partida para poder intervenir en la zona. Hay que hacer toda una gestión de buscar los recursos necesarios para poder intervenir. Esto se tiene mejorar.

— Lo que se ve en las orillas es que pareciera que están iniciando sus operaciones

En realidad es cada verano –que empieza desde mayo– cuando se instalan. Pero en el invierno recurren al monte porque en el río hay más agua y no pueden trabajar. En el verano salen del monte porque disminuye el agua y tienen las playas. Aparentemente, pareciera que están instalándose recién, pero ya es típico que cada verano se instalen y trabajen.

— ¿Aparte de la comunidad San José de Karene hay otras que están siendo afectadas?

La comunidad Puerto Luz también el problema de afectación por la minería ilegal. Hasta el 2010 ellos han venido trabajando con “invitados”, pero se dieron cuenta a través de sus líderes y los frenaron y empezaron a trabajar propiamente los comuneros. Actualmente, tienen minería, pero trabajan ellos y algunos yernos que han vendo de afuera. Es poco el impacto que ahora están causando.

Pero sí hay una comunidad: Barranco Chico que, más o menos desde el 2010 que empezó el auge minero, dio entre el 85 o 90 por ciento de su territorio a la minería. Ahora tienen un pequeño bosque que es prácticamente como una reserva consideraba por ellos (los comuneros). Ellos han tenido que llegar a un extremo donde sintieron que no tenían nada. Los jóvenes han sido parte de este cambio porque empezaron a tomar las cosas en serio y a valorar su propia territorialidad, conversar con los ancianos para que en adelante conserven lo poco que tienen. La minería es bien fuerte y viene mucha gente de otros sitios y el nivel de economía hace que vengan también otras actividades que corrompen la vida que los pueblos indígenas han tenido.

Los jóvenes han sido parte de este cambio porque empezaron a tomar las cosas en serio y a valorar su propia territorialidad

— En el caso de Barranco Chico, ¿de qué manera coordinaron las organizaciones e instituciones?

En el auge minero cada uno se ha sentido poderoso porque han manejado fuerte cantidad de dinero por lo que genera la minería. En ese momento, en basa a la actividad ellos hacían y deshacían y por lo tanto decían que no necesitaban el apoyo de las organizaciones indígenas en base a su autonomía. Y en base a esa autonomía, ellos han venido implementando la minería sin darse cuenta que en un momento estaban acabando con toda su territorialidad. Y cuando ya tocaron fondo, vienen a buscar a las organizaciones. Ellos tienen maquinarias, pero como ya no hay territorio, algunos comenzaron a vender [las maquinarias] y recién los jóvenes llegan a entender cuán importante es la organización para poder buscar otras alternativas.

ellos han venido implementando la minería sin darse cuenta que en un momento estaban acabando con toda su territorialidad. Y cuando ya tocaron fondo, vienen a buscar a las organizaciones.

Desde el 2005 que nace el ECA, ellos firman como socios y venimos trabajando a través de pequeños fondos para implementar algunas actividades en las comunidades. Lo que quiero decir es cómo esta comunidad [Barranco Chico] ha llegado a tener prácticamente nada para recién darse del valor que tiene el bosque. Y ahora es dificultoso porque solo tienen un espacio y creo que ese espacio ha sobrado porque en realidad no tiene oro o bien tiene poquísimo. Ellos ya están emprendiendo algunas actividades sostenibles como el turismo.

— Durante el taller, algunas comunidades han dado a conocer las amenazas a sus territorios, ¿cómo se va coordinar para evitar futuras afectaciones?

Es importante articular entre organizaciones, la parte política (Fenamad y Coharyima) y técnica (ECA-RCA). Las organizaciones identifican las problemáticas de las comunidades y desde la organización técnica podemos apoyar en la búsqueda de oportunidades. Desde el ECA tenemos un gran respeto a las organizaciones y consideramos que cada uno tiene su propia función y no debemos usurpar porque nos crearía dificultades. Las organizaciones, cuanto más unidas estamos y cuanto más articulamos, creo que vamos a llegar de mejor manera.

— Con respecto al ECA-RCA, ¿cuáles considera que fueron los principales logros de la actual gestión?

En el tema de conservación, en la actualidad estamos en un 98.46 por ciento (cuando asumieron estaba en un 98.20 por ciento, aproximadamente, según Tete). Eso indica que ha habido mejoras. Por ejemplo, casi en el corazón de la reserva se tenía un pequeño asentamiento rural durante años. No quiero decir que sea una gestión de la actual junta, sino que ha sido una lucha que se ha venido impulsando desde otras directivas que han pasado, pero [nosotros] hemos conseguido sacarlos de la reserva. Ese es uno de los motivos por el cual sube el porcentaje de conservación.

Para las comunidades se ha logrado incluir; por ejemplo en el Programa Nacional de Conservación de Bosques, incluir a comunidades que tenían minería. En el 2018 se ha logrado que el programa considere a dos comunidades: Puerto Luz y Tres Islas. Es todo un reto que ellos puedan mantener este convenio, las problemáticas que tienen esas comunidades en el tema minero es muy fuerte. Sabemos que se les paga 10 soles por hectárea, pero la minería también aporta otra cantidad y la verdad que es más.

El otro logro del área protegida es que por estos niveles e conservación estamos registrados en la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una de las mejores áreas protegidas del Perú. Y último, el presidente (Luis Tayori) ha viajado a Estados Unidos a recibir un premio por nivel de gestión que se tiene en el tema de participación de la mujer y el tema de manejo de territorialidad donde las mujeres están asumiendo un nivel de liderazgo.

— Ya para culminar. Sabemos que Amarakaeri es un proyecto piloto de REDD+ Indígena Amazónico (RIA), ¿cómo ven el proceso?

Desde la primera propuesta RIA estaba perdiendo espacios y en la última COP es donde se lanza nuevamente. Como para resucitar lanzamos el video “RIA vive en Amarakaeri” y desde ahí emprende nuevamente tomando fuerza. En RIA no solamente se pone en valor el tema de carbono, sino ponemos en valor todos los servicios ecosistémicos y la misma vivencia de las comunidades. Por ejemplo, Amarakaeri es un territorio de los Harakbut y donde hay todo un desarrollo de esa cultura. Sabemos que hay todavía mucho por trabajar, pero creemos que de esta manera podemos demostrar que desde los pueblos indígenas sí pueden implementar este tipo de acciones y que en un momento dado se tenga que hacer réplica en otras reservas comunales.

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